La piel de una fruta, la cáscara de uno huevos o unos periódicos viejos, todo a la basura sin miramientos. ¿Qué hay más allá de los contenedores y papeleras? ¿Quién paga a basureros y barrenderos? La respuesta es fácil: Tasa de Basuras o Tasa de Tratamiento de Residuos Urbanos.
Noviembre es el punto de inflexión, además del pago del IBI, en estas fechas es cuando llega también el recibo correspondiente a la tasa municipal de recogida de basuras.

El IBI ya tenemos claro que le corresponde a la parte arrendadora de la vivienda, al propietario, pero con la tasa de basuras la cosa cambia. Según la Ley General Tributaria el pago de esta tasa municipal le corresponde al inquilino. Así que, salvo que se haya llegado a un acuerdo previo, como inquilino eres el encargado de asumir esta tarea.
Contenedor amarillo, azul o el de residuos. Tirar la basura es un gesto cotidiano que suele ser motivo de riñas familiares o de pareja, pero detrás hay mucho más. Un servicio de limpieza, personal para la recogida y el tratamiento de residuos que trabajan con lo que nosotros desechamos cada día.
La tasa municipal de basuras es un impuesto vital gracias al que se mantienen las calles y las ciudades limpias. Cada ayuntamiento establece la cuota anual a pagar por cada vivienda, así como el método de pago y los plazos.
Como hablando se entiende la gente, habla con tu propietario para establecer cómo pagarás la tasa de tratamientos de residuos. En mano o por transferencia bancaria, propietario y tú tendréis que acordar cómo hacerlo.